El término domótica viene de la unión de las palabras domus (que significa casa en latín) y tica (de automática,
palabra en griego, 'que funciona por sí sola'). Según explica la propia Real Academia Española de la
Lengua, es el "conjunto de
sistemas que automatizan las diferentes instalaciones de una vivienda".
Se entiende por domótica el
conjunto de sistemas capaces
de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión
energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados
por medio de redes interiores y exteriores de comunicación, cableadas o
inalámbricas, y cuyo control goza de cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del
hogar. Se podría definir como la integración de la tecnología en el
diseño inteligente de un recinto cerrado.
El principal objetivo de estas tecnologías es la mejora de la calidad de vida incrementando la comodidad de los inquilinos, sin embargo, últimamente se está imponiendo como una tendencia en el mundo de la ecología.
Ya sea por el ahorro económico, la obligatoriedad gubernamental o por la mentalidad ecológica la verdad es que cada vez más empresas y particulares optan por los sistemas automáticos de control de los edificios.
Y es que la domótica se puede implementar en distintos ámbitos del hogar. Desde los típicos controladores de la calefacción hasta sistemas de gestión del agua, iluminación, gas o incluso sistemas automáticos de persianas y toldos basados en sensores de incidencia solar y temperatura. Todos ellos para conseguir ahorrar agua, gas y, sobre todo, electricidad. De hecho, según los datos manejados por el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético), se puede llegar a ahorrar más del 50 por ciento del consumo eléctrico de un hogar en función de múltiples variables. De ahí que, en muchas ocasiones la domótica no se observe como un gasto a la hora de realizar una reforma en la vivienda, sino como una verdadera inversión de futuro.
Realizado por: Antonio Pérez Muro
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